Bajé
poco a poco, intentando no hacer ruído. Me quedé quieta en el medio
de las escaleras. Por suerte, mi padre estaba de espaldas. Hablaba
demasiado bajo así que no me enteré de nada.
Subé
corriendo antes de que colgara. Entré en el despacho y me senté a
esperar.
-Pero...
¿no hay ninguna forma de evitarlo? ¿Tengo que hacerlo?
-Jack,
sabes que esto lo hacemos por tu bien. Vete lo más rápido posible.
-Sí,
lo sé. Pero, ¿no hay ninguna...?
-¡JACK!
No, no hay ninguna forma de evitarlo. Déjalo ya y huye de una vez.
-Va-vale...
De acuerdo señor. ¿Le veré allí?
-Sí.
Te veo pronto, espero.
"Cuelga."
Ya
escuchaba los pasos de mi padre por las escaleras. Subía muy rápido.
Abrió la puerta tan fuerte que por un momento me dio miedo. Se
acercó a mi, me levantó y me sentó en sus piernas.
-Pequeña,
vas a tener que irte a tu cuarto. Papá tiene que hablar con mamá.
Si quieres, ve a jugar con tu hermana.
-Pero
papi, Claudia no me hace caso. Ya lo sabes.¿Quieres que llame a
mamá?
-Sí,
cielo. Muchas gracias.
Salí
corriendo del despacho y bajé de nuevo las escaleras. Entré en la
cocina.
-¡Mami!
Papá quiere hablar contigo. Está en su despacho.
-Cielo,
subo enseguida. Ve con tu hermana.
Me
dio un beso en la frente y siguió colocando el lavavajillas.
Subí
hasta la habitación de mi hermana. Llamé.
"¿Qué?
ENTRA."
Abrí
la puerta y vi a mi hermana tumbada en la cama, con los cascos
puestos en el cuello y escribiendo en el portátil.
Entré
y me senté a su lado.
-Claudi,
¿qué haces?
-Te
he dicho mil veces que no me llames así, enana.-Me revolvió el pelo
y miró de nuevo el portátil.-¿Por qué no estás en tu cuarto?
-Sabes
perfectamente que me da miedo Tolly.
-Pero
si sólo es una muñeca, tonta.
-No,
no sólo es una muñeca. Por la noche me da la sensación de que me
mira y tiene una mirada horrible.
-Bo,
no seas tonta, Zoe.
-Vale,
no me creas.
-Bueno,
¿y entonces por qué no estás con papá o con mamá?
-Porque
están hablando y me dijeron que me fuera.
-¿Otra
vez? No hacen otra cosa más que hablar.
Me
tumbé en la cama y encendí la televisión. Estaban echando los
Looney Tunes. ¡Bien! Me encantan.
Así
estuvimos, ella con el ordenador y yo con la tele una hora. Hasta que
llamaron a la puerta.
"Toc
toc."
-¡Pasa!-Dijo
Claudia.
Entraron
mis padres. Y corrí hacia ellos. Los abracé y les pregunté:
-¿Por
qué tenéis esas caras? ¿Qué ha pasado?
-Pues...
Zoe ve con tu padre al jardín. Yo me quedo aquí con Claudia.-Dijo
mamá.
Le
di la mano a mi padre y bajamos hasta la entrada. Abrió la puerta y
salimos.
Me
solté de él y corrí directamente hacia mi lugar favorito. El de
los columpios.
Me
subí en el de la derecha y me di impulso.
Mi
padre se sentó en una silla y cogió un periódico. Lo abrió y
cruzó las piernas. Intentó aparentar normalidad. Pero era imposible
creer que estaba tranquilo. El periódico temblaba ligeramente y él
tenía la cara muy pálida. No era muy bueno el tema.
Me
balanceé muy alto y miré hacia atrás. ¡Anda! Al fondo divisé un
pequeño bosque que nunca antes había visto.
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