domingo, 24 de marzo de 2013

¿Teléfono?

La cegadora luz del día me obliga a cerrar los ojos. Me incorporo sobre el duro colchón y coloco mi brazo delante de mi cara para que la claridad no siga dañando mis ojos claros. Parece casi imposible que por aquella minúscula ventana pueda entrar tanta luz.

"Ring, ring." Suena el teléfono en la casa de los Smith.

-¡Yo voy mamá!-Grita la pequeña Zoe. Coge el teléfono.-¿Quién es?
Espera unos segundos y al no obtener respuesta, cuelga.
Comienza a caminar hacia las escaleras cuando vuelve a sonar. Descuelga.
-¿Diga?
Sin respuesta.
-¿Oiga?¿Hay alguien?
Nada. Silencio. La niña, enfadada, cuelga. Piensa que se trata de una broma.
Sube corriendo para contárselo a sus padres. Llega a la puerta del despacho de Jack Smith, el mayor conocido agente de la ciudad, su padre. Hace un juego de golpes con la mano en la puerta y espera respuesta.
-¡Entra pequeña!-Dice su padre, con esa voz grave pero a la vez cariñosa que tanto gusta a Zoe.
Abre la puerta y corre a los brazos de su padre. Se sienta en su regazo y le cuenta enseguida todo lo ocurrido con el teléfono.
Su padre empieza a cambiar su cara. Cada vez está más sorprendido.
"Parece asustado."-Piensa Zoe.-"No, no, es imposible. Papá no le teme a nada."-Confía segura la pequeña.
En el mismo instante en el que termina, la pequeña coge aire. Su padre la agarra por la cintura, la levanta y la coloca de pie en el suelo. Sale del despacho mientras le advierte a su hija: 'No bajes, papá sube enseguida.'
Por supuesto, la niña no es tan tonta como para quedarse de brazos cruzados al comprobar que es la primera vez que ve a su padre tan preocupado y sale del cuarto en silencio, para que su padre no pueda enterarse. Bueno, ni mamá tampoco.


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